Directo, el Gobierno envió un claro mensaje al Congreso

Directo, el Gobierno envió un claro mensaje al Congreso

El encargado de mostrar las cartas fue jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien anunció que el presidente Mauricio Macri decidió no convocar a sesiones extraordinarias en febrero.

Directo, el Gobierno envió un claro mensaje al Congreso: solo enviará los proyectos de ley en los que tenga certezas de que se aprobarán. El encargado de mostrar las cartas fue jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien anunció que el presidente Mauricio Macri decidió no convocar a sesiones extraordinarias en febrero.

“Tuvimos la primera reunión de Gabinete del año. Como dato principal quería comunicar que el Presidente ha tomado la decisión de no convocar a sesiones extraordinarias en febrero y trabajar a partir de su mensaje del 1 de marzo en un calendario legislativo regular para poder dar todos los ámbitos de debate y desarrollo normal a la vida parlamentaria”, sostuvo el ministro coordinador.

Y agregó: “Lo hemos decidido en conjunto con las autoridades parlamentarias y en función de tratar de trabajar en la normalización de la actividad parlamentaria en sesiones ordinarias”.

El costo político que significó la aprobación de la reforma previsional, con una baja significativa de la imagen del Presidente, dejó una enseñanza en la Casa Rosada. Con la justificación de evitar un desgaste innecesario, el oficialismo elegirá mejor sus batallas.

Tres hechos sirven para explicar la estrategia que desplegará este año el oficialismo en el Parlamento: pasó el debate de la reforma laboral para las sesiones ordinarias, suspendió la convocatoria a sesiones extraordinarias y la publicación del megadecreto con 170 medidas que simplifican una serie de procedimientos y aceleran procesos que permitirán darle mayor competitividad a la economía.

“Tenemos que aprender a gobernar sin tanta ley”, reconoció a la nacion uno de los principales asesores del presidente Mauricio Macri. El integrante del Gabinete, que participó de las negociaciones que llevaron a la aprobación del nuevo cálculo para las jubilaciones, agregó: “Todavía hay muchos en el Gobierno que no tomaron dimensión de lo que pasó en el Congreso, de lo duro que fue”.

Otro de los motivos tiene que ver con la nueva composición del Congreso. El ingreso de la ex presidenta Cristina Kirchner en la Cámara de Senadores abrió un foco resistencia dentro de la conducción del bloque peronista. El Gobierno se siente cómodo y está conforme con liderazgo de Miguel Ángel Pichetto y no lo quiere exponer en “batallas en las que no esté garantizado el resultado”.

Algo similar ocurre en la Cámara baja con Emilio Monzó, al que el presidente Mauricio Macri le agradeció la forma en la que manejó los tiempos y las formas en la última sesión del año. Las espadas de Cambiemos en el Congreso también están de acuerdo con el nuevo plan de acción.

En la hoja de ruta del oficialismo quedarán para las sesiones ordinarias de este año la demorada reforma laboral, que solo verá la luz si la CGT realiza un “compromiso explícito”; la modificación de las leyes del Consejo de la Magistratura y del Ministerio Público; la reforma política, y el traspaso de la Justicia Nacional a la Capital, entre otros.

Aunque nadie lo reconocerá públicamente, en el Gobierno ya trabajan en la reelección de Macri. Por eso, buscan evitar una nueva ola de violencia y de protestas callejeras, como las que desató parte de la oposición durante el debate de la reforma previsional.

Santiago Dapelo
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