Prueba PISA: la educación Argentina en los niveles más bajos

Prueba PISA: la educación Argentina en los niveles más bajos

La Argentina quedó en el puesto 63 sobre 77 países evaluados. Siete de cada diez no pueden resolver un cálculo matemático básico y más de la mitad no entienden lo que leen.

Según publicó el diario Clarín, un poco mejor en lectura, bastante peor en Matemática y algo por ahí en Ciencias. Pero en líneas generales, todo más o menos igual en los últimos 12 años, de acuerdo a los resultados de las pruebas PISA. Y todo bastante preocupante, si se observa que más de la mitad de los alumnos, de 15 años, no comprende lo más básico de un texto y siete de cada diez aún no pueden resolver un cálculo sencillo.

La Argentina quedó en el puesto 63 sobre 77 países evaluados en esta prueba educativa de referencia. Y sigue bajando en América Latina, donde quedó sólo por arriba de Panamá y República Dominicana, y casi “empatado” con Perú, que años atrás tenía muy peores desempeños. Con los nuevos resultados, el país está cada vez más lejos de Chile, que sigue en el tope regional, y otros países que en forma lenta, pero persistente, vienen mejorando, como Uruguay, Costa Rica y México.

Diseñadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la prueba PISA se hace cada 3 años. Evalúa a alumnos de 15 años en lectura (comprensión lectora), Matemática y Ciencia. Este martes se presentan los datos de 2018, que incluyó a 710.000 estudiantes de 79 países (por problemas con la herramienta, España y Vietnam no aparecen en el informe). De la Argentina participaron 458 escuelas y 14.546 alumnos, en una muestra representativa que incluyó colegios públicos y privados.

A diferencia de otros operativos de evaluación, PISA no mide cuánto saben los alumnos sobre el contenido curricular ni sobre conocimientos generales, sino que busca conocer cuánto comprenden, resuelven y comunican resultados de situaciones “del mundo real”. Además del puesto 63 en lectura, la Argentina se ubicó en la posición 71 en Matemática y el 65 en Ciencias.

Este año, el foco principal del estudio estuvo puesto en la comprensión lectora. De ahí surge que el 52% de los alumnos argentinos de 15 años no puede “identificar la idea principal en un texto de longitud moderada, encontrar información basada en criterios explícitos, ni pueden reflexionar sobre el propósito y la forma de los textos cuando se les indica explícitamente que lo hagan”. Y un 25,7% apenas si alcanzan esa comprensión básica. En la otra punta, apenas el 1% de los estudiantes argentinos alcanzaron los mejores resultados en lectura. En el promedio de los países de la OCDE llegan al 9%.

La comprensión lectora es un déficit que se arrastra en el país año tras año. En 2012 el porcentaje de alumnos que no entendían lo que leían era del 53%. Del año 2015 no hay datos, porque la Argentina fue descalificada de esa prueba por no haber entregado bien la muestra estadística.

China encabezó este año los resultados, seguido por Singapur, Macao, Hong Kong y Estonia.

Desde el Ministerio de Educación nacional convocaron a la prensa para presentar un extenso informe con los resultados del país, que estará en la Web. Las autoridades rescataron el crecimiento en comprensión lectora, así como el hecho de que esta administración hizo bien el muestreo y la coordinación del operativo, así como la transparencia que implica presentar este martes mismo el informe. “Hay que recordar que el anterior gobierno no hizo ningún informe

con los resultados de PISA”, dijeron. También destacaron la alta participación de escuelas y estudiantes: 96% y 86% respectivamente.

Además, desde el gobierno indicaron que las pruebas de contexto (aquellas que toma PISA sobre el clima del aula y otros asuntos relacionados) muestra que en la Argentina está preparada como para ir mejorando. “Hay datos que permiten creer que se va a mejorar. La prueba dio que el 30% de los estudiantes son entusiastas lectores y que en aquellas escuelas donde se leen textos más extensos se obtienen mejores resultados. Además, que la mayoría siente el apoyo de sus padres. Son todos datos positivos sobre los cuales se puede trabajar y mejorar en lectura”, dijo Irene Kit, especialista en educación de la UBA, autora de un informe para el Ministerio de Educación.

A su turno, el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, dijo que el principal “legado” de este gobierno fue haber “instalado el tema educación en todos los argentinos, y no sólo en la clase dirigencial”. “Entendemos que las reformas profundas en el sistema educativo no se pueden dar en 4, ni en 8 años. Instrumentos como PISA se pueden discutir, pero nos da información dura y de contexto muy útil para ir mejorando”, dijo.

Aunque el foco estuvo puesto en lectura, Matemática es lo que más preocupa a las autoridades, porque el 69% de los estudiantes de 15 años no llega a resolver un cálculo simple, como comparar la distancia total a través de dos rutas alternativas o convertir los precios a una moneda diferente. En el mundo, sólo el 24% no llegan a este nivel.

La otra punta también preocupa. Apenas el 1% de los alumnos argentinos tiene resultados avanzados en Matemática, esto es, pueden modelar situaciones complejas, seleccionar, comparar y evaluar estrategias apropiadas de resolución de problemas. Aquí es el 1%, mientras que en China es el 44%, en Singapur 37%, Hong Kong 29%, y Macao 28%.

El país paga 180.000 euros cada cuatro años por participar de la evaluación

Las pruebas internacionales PISA se toman desde el año 2000. Sólo con una interrupción en 2003 (por la crisis), la Argentina participó en todos los operativos, que se hacen cada tres años. Ahora, entre especialistas y conocedores crece el rumor de que la participación argentina corre riesgo ante la llegada del nuevo gobierno.

Consultados por Clarín, desde el gobierno informaron que la prueba PISA le cuesta al país 180.000 euros por gestión. “Son 45.000 euros anuales, y cada gestión de gobierno decide si participa”, dijo Elena Duro, secretaria de Evaluación Educativa del Ministerio de Educación nacional.

La funcionaria defendió la participación en PISA, porque “surgen datos muy importantes que, bien usados, pueden servir para lograr mayor equidad en el sistema o cambiar aspectos pedagógicos relevantes. Como la extensión de los textos: de la prueba surge que en aquellas escuelas donde se trabaja con textos más largos se obtienen mejores resultados de lectura, entre tantos otros datos”.

“Conviene seguir en PISA. Pero creo que los países de América Latina podemos pensar en avanzar en una prueba regional, a nivel secundario, como ya existe en la primaria. No hay que obviar en los resultados de PISA el umbral diferente del que se parte. No es lo mismo las condiciones con las que se estudian en un país que en otro. Además, también cambia la forma en que se toma la prueba. Ya sabemos cómo son los países asiáticos, por ejemplo”, dijo Duro.

Pero lejos de reducirse la participación en PISA, en la última edición tuvo más presencia del país. Por primera vez, participaron como “subnaciones” (en otra categoría) las provincias de Córdoba, Buenos Aires y Tucumán, que se sumaron a la Ciudad de Buenos Aires que ya había participado por su cuenta en las anteriores dos ediciones de PISA (2012 y 2015).

Aunque en el resultado general fue inferior a 2015, Capital tuvo la mejor performance. Con 454 puntos en lectura, está a la altura de Chile (452), el país que lidera la región. Detrás se ubicaron Córdoba (427), Provincia (413) y, por último, Tucumán (389). El promedio nacional fue de 402.

“Al comparar la evolución de la puntuación promedio entre 2012 y 2018, con las tendencias de Argentina, América Latina y la OCDE, la Ciudad es la única que exhibe una tendencia ascendente de manera consistente en lectura, matemática y ciencias. El puntaje promedio se mantiene por encima de manera estadísticamente significativa -entre 20 y 30 puntos- respecto de los resultados de 2012, aunque bajó unos 20 puntos en las tres áreas respecto de 2015”, dijeron desde el Ministerio de Educación porteño.

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