Pese a las críticas, el Gobierno dice que la relación con la Iglesia es “muy buena”

Pese a las críticas, el Gobierno dice que la relación con la Iglesia es “muy buena”

En el Gobierno no hubo sorpresa ni habrá respuestas públicas. Las duras críticas que el arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández , le dedicó al presidente Alberto Fernández por haber sugerido que aquellos que están en contra de la legalización del aborto son “hipócritas” no generaron “malestar”, según arguyeron en el oficialismo.

Desde la Casa Rosada describieron como “muy buena” la relación con la Iglesia y advirtieron que la Iglesia “avisó cada paso que dio”. Cerca del Presidente, incluso, tienen claro que el clima público será más duro en la medida que avance el debate parlamentario del proyecto de legalización del aborto que el Poder Ejecutivo enviará la próxima semana.

Para el Gobierno, la Iglesia debe contener adentro de su propia estructura. “Van a decir lo que tienen que decir”, sostuvieron fuentes cercanas al secretario de Culto, Guillermo Oliveri , quien lleva adelante, con bajísimo perfil, la relación con los obispos.

Es este sentido, el Gobierno se prepara para recibir duros cuestionamientos el domingo, en la Basílica de Luján, cuando los jefes de la Iglesia respondan al anuncio del Presidente sobre la iniciativa para la interrupción voluntario del embarazo .

Víctor “Tucho” Fernández, uno de los obispos más cercanos y que mejor interpreta lo que piensa el papa Francisco, cuestionó el fragmento del discurso del jefe del Estado ante la Asamblea Legislativa en el que defendió su decisión de impulsar una iniciativa destinada a legalizar el aborto.

“Aunque comparta algunas de las cosas que dijo el Presidente, me duele muchísimo que primero cite a Francisco y luego hable de hipocresía para referirse a los que defienden la vida desde la concepción”, escribió el arzobispo de La Plata en su cuenta de Twitter. Y remató: “¿’Hipocresía’ va también para Francisco?”.

En la Casa de Gobierno esperaban un mensaje de estas características. “El diálogo es muy bueno y fluido”, dijeron fuentes oficiales.

Como adelantó ayer LA NACION , Alberto Fernández les dio instrucciones a sus colaboradores para “contener” a los obispos. Uno de los principales argumentos para neutralizar las críticas es que el proyecto de la legalización del aborto estará acompañado por una iniciativa que contempla “garantizar la atención y el cuidado integral de la vida y de la salud de la mujer embarazada y de sus hijos o hijas en los primeros años de vida”.

Es por eso que más allá de la pirotecnia mediática, el Gobierno se conforma con que no haya una convocatoria pública de los religiosos en la Misa por la Vida que celebrarán en la Basílica de Luján. Algo que, pese a las quejas de “Tucho” Fernández, hasta el momento se cumplió.

Mientras tanto, en la Casa de Gobierno avanza a paso firme el plan para forzar un tratamiento “exprés” del debate como una forma de evitar conflictos internos con la pretensión de que el oficialismo vote unificado y a favor. En este punto, ayer sorprendió la visita del gobernador de Formosa, Gildo Insfrán , al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero .

Es que, si bien cerca del ministro coordinar aseguraron que solo hablaron de “las obras de infraestructura que necesitan los formoseños”, lo cierto es que el encuentro ocurrió horas después de que el presidente del bloque del Frente de Todos en el Senado, el formoseño José Mayans, reiterara su postura en contra de la legalización del aborto. “Esa semana será una buena oportunidad para que viaje”, ironizaron ayer en un despacho de la Casa de Gobierno.

En los principales despachos oficiales, el mensaje para los legisladores fue claro: “El que vote en contra del proyecto, vota contra el Presidente”, resumió un hombre al tanto de las negociaciones y la letra final del proyecto que ingresará en los próximos días al Congreso . Es que la aprobación de la legalización del aborto es una prioridad para el Presidente.

 

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