Carlos Acuña, uno de los triunviros de la CGT y alineado con el gastronómico, engrosó la serie de dirigentes que anunciaron que no participarán de la convocatoria.
“No vamos a movilizar el 21. Que se sume el kirchnerismo hace que varios no movilicen”, dijo el titular del Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio a radio El Mundo. «Eso no quita que apoyemos, estamos en contra de las medidas contra los gremios”, aclaró Acuña, que se había cruzado con Héctor Daer (Alimentación), el primero de los triunviros en bajarse. El único que irá será Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), puesto en ese lugar por el propio Moyano.
En la Casa Rosada, según publicó Clarín, están convencidos de que “el núcleo fuerte de los sindicalistas tiene que aislar a Moyano». La tensión que agigantó la crisis que provocó el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, tendrá en las próximas semanas varias pruebas de fuego. Con un tema destacado: las paritarias, que el Gobierno busca que no superen el 15 por ciento sin cláusula gatillo.
El argumento que utilizó Barrionuevo son los socios de Moyano en para el 21, en particular el kirchnerismo. “Nosotros somos coherentes: nunca estuvimos con Cristina. No tenemos nada que ver con ellos”, dijo un hombre de Barrionuevo. Unidad Ciudadana y dirigentes identificados con el kirchnerismo como Hugo Yasky (CTA de los Trabajadores), Sergio Palazzo (Bancarios) y Roberto Baradel (SUTEBA) confirmaron su apoyo a la protesta. También la CTA de Pablo Micheli y el trío de organizaciones sociales de San Cayetano: la CTEP, Barrios de Pie y la CCC.
Los llamados “Gordos” e “Independientes” y otros gremios estratégicos como los del transporte ya le habían dado la espalda y el fin de semana siguieron ese camino Gerardo Martínez (UOCRA) y Víctor Santamaría (encargados de edificios).
Moyano enfrenta investigaciones por presunto lavado de dinero en Independiente, club que preside junto con su hijo Pablo, y por transferencias entre Camioneros, OCA y empresas manejadas por su mujer, Liliana Zulet.