Según publicó Clarín, el Gobierno no cambiará la ley nacional sobre Seguridad Interior aunque sí prestará cada vez más apoyo logístico a una serie de actividades para combatir el llamado crimen organizado, por aire, tierra, agua y el ciberespacio.
Esta reforma se irá implementando a partir de una serie de pasos, que incluirán igual decretos parciales o resoluciones específicas del presidente y su ministro, Oscar Aguad. Partirá del cambio en la concepción del enemigo. Ya no se espera el ataque de un Estado extranjero y se trabajará bajo el concepto de la posibilidad de enfrentar una «guerra híbrida» contra amenazas «híbridas». Esto hace alusión a un adversario adaptativo y que emplea armas y tácticas convencionales con las nuevas e irregulares: terrorismo y actitudes específicamente criminales o delictivas para logar sus objetivos.
Según lo que adelantó Clarín, en Defensa señalan que uno de los giros importantes que se harán dentro del marco legal existente es que los militares pasarán a ser custodios de zonas estratégicas políticas y económicas, entre ellas las represas hidroeléctricas y las centrales nucleares. Las fronteras llegan al Atlántico y la Antártida (en Ushuaia buscan levantar un centro logístico de usos también para barcos extranjeros), blanco posible de actividades ilegales.
El factor tecnológico será esencial en el proceso de transformación que pretende el Gobierno e involucrará transversalmente a toda la organización: la administración de los recursos humanos, su educación, los distintos sistemas de armas, los sistemas de adiestramiento, la logística, la gestión de la información, los sistemas de comando y control, la ciberdefensa y la doctrina», señalan en el ministerio respecto a los cambios por venir incluso en la educación militar, en la que el factor del entrenamiento físico no será el central y se dará lugar a nuevas especializaciones como ingenieros y técnicos en sistema.
Las fuerzas equipadas con armas, equipos y materiales clásicos, deberán incorporar progresivamente sistemas de armas no clásicos basados en las nuevas tecnologías: robótica, nanotecnología, sistemas aéreos no tripulados, munición y misiles inteligentes, posicionamiento satelital y cibertecnologías.