Aparece su imagen en la pantalla gigante que cuelga del techo del AT&T Center y estalla el estadio. Se anuncia su ingreso al campo de juego y se escucha el estruendo que baja de las tribunas. Sale a hacer su ronda de lanzamientos previos a un encuentro y se desesperan todos, sin nacionalidad en particular, por una foto, un autógrafo o simplemente para que él los salude. Lo esperan en la salida del vestuario dos señoras de la organización con dos fibrones, uno negro y otro plateado, para que pueda estampar su firma en la camiseta o en la pelota que le pongan delante. Emanuel Ginóbili es amo y señor en los Spurs, es ejemplo afuera del campo, es un personaje que supo cómo construir una carrera que hoy a los 40 años parece no tener fin. En una entrevista con el diario La Nación, se suelta y accede transitar por caminos que no son estrictamente deportivos. Manu se piensa y eso es suficiente.