“Estamos construyendo más de 200 kilómetros de autovía y lo estamos haciendo a muy buen ritmo de obra. Queremos que Córdoba esté cada día más unida, queremos tener que llorar cada vez menos gente por accidentes de tránsito”.
Las palabras pronunciadas por el ex gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, durante un discurso en 2005, estremecen aún más conociendo cómo fue su trágico destino. La ruta nacional 36, una de las obras que se convirtió en su obsesión durante su segundo mandato, fue justamente el lugar donde el sábado último por la noche perdió la vida. Una paradoja del destino.
Doce años pasaron para que se cumpliera el deseo de De la Sota de “unir las dos capitales provinciales”, Córdoba y Río Cuarto, “para salvar vidas, favorecer el transporte y el turismo».
De la Sota iba desde Río Cuarto hacia la ciudad de Córdoba. José Manuel De la Sota conducía su camioneta a alta velocidad por la autovía Río Cuarto-Córdoba. En el kilómetro 782 impactó del lado derecho contra un camión con acoplado que iba más lento.
El vehículo quedó sobre la banquina y el ex gobernador murió en el acto por un grave traumatismo de cráneo
Causalidades de la política de por medio, el histórico dirigente del peronismo no pudo inaugurar su anhelado proyecto.
La camioneta en la que viajaba José Manuel De la Sota fue distinguida como el Automóvil Mundial del año «por su seguridad»
Para tomar dimensión de lo que significaba para De la Sota la transformación de la ruta 36 en una autovía, hay que recordar su incansable pedido para que el proyecto se concretara lo antes posible «por lo inseguro» que resultaba viajar en la vieja traza de mano y contramano.
Para el ex mandatario, los indicadores con máximas de 40, 60, 80 y 110 km/h que aparecían en distintos tramos eran «absurdos, porque nadie los respeta».
Desde el 1° de enero de 2007 hasta hoy, la autovía se cobró 151 vidas como consecuencia de 116 choques fatales, según estadísticas difundidas por La Voz del Interior.
