La prédica ya no conmueve. La imagen del presidente Mauricio Macri no detiene su caída, especialmente en el conurbano bonaerense. Lo mismo ocurre con María Eugenia Vidal, que ya está mano a mano con Cristina Kirchner. La novedad fue que la persistencia de la crisis económica golpeó por primera vez a Horacio Rodríguez Larreta, que hasta ahora se mantenía indemne ante la opinión pública.
Preocupación, algo de desazón y frustración -la usó Guido Sandleris, para definir la cifra de inflación- es el cóctel que hoy domina al oficialismo. La intención de correr la economía del debate electoral fracasó, aceptan con resignación en la Casa Rosada y en el equipo de la gobernadora. El rechazo a la figura de Macri, según números que manejan en despachos oficiales, orilla el 60%, casi como la de Cristina Kirchner.
«Estamos en una situación crítica y para salir de eso depende ciento por ciento de la economía», describió uno de los hombres de consulta del Presidente. Esa frase también la repiten cerca de Vidal. E incluso se la escucharon decir en los últimos días al consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba .
En La Plata, la situación es aún más delicada. La reelección de Vidal está en riesgo. Si bien mide 10 puntos más que Macri, el nombre del Presidente actúa como una pesada ancla. La gente que nunca votaría a Macri creció en las últimas semanas al ritmo de las malas noticias que arroja la economía.
«El bonaerense quiere reelegir a Vidal, pero no quiere a Macri como presidente», describió uno de los principales asesores de la mandataria bonaerense. El objetivo en el que trabaja Vidal es reducir el número de personas que no votarían al jefe del Estado. De esto se habló en la reunión que mantuvieron Macri y Vidal con los intendentes de Cambiemos el último viernes en la quinta presidencial de Olivos. Los jefes comunales tendrán la difícil tarea de contener y convencer a los desencantados.
¿Alguien está trabajando en un plan B? Todos lo niegan. La opción de que Macri renuncie a sus aspiraciones de ser reelegido y Vidal ocupe ese lugar no está en carpeta, aseguraron altas fuentes del Gobierno y la provincia. Es más, el rumor permanente sobre esta posibilidad genera «incomodidad» en la gobernadora, que por esa razón en los últimos días comenzó a exagerar su alineamiento. Cualquier gesto contrario sería un golpe letal para el Presidente. Por eso, no será Vidal la que planteará el tema, tampoco Rodríguez Larreta. Esa decisión recaerá sobre Macri; el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y Jaime Durán Barba. Eso sí, el reloj de arena no detiene su marcha.
Dos variables son las que miran con obsesión en todos los despachos de la Casa Rosada: el dólar y la inflación. Todos los esfuerzos en los que incurrió el Gobierno para controlar a la moneda estadounidense y los aumentos en los precios resultaron infructuosos. Es por eso que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, viajó a Washington para intentar flexibilizar el acuerdo que firmó la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Objetivo que cumplió. Tras ese encuentro, el Gobierno anunció que venderá a partir de abril US$9600 millones en licitaciones diarias de US$60 millones provenientes de las colocaciones de deuda y los desembolsos del Fondo. «La estabilidad macroeconómica está garantizada», destacó Dujovne.
Así, el Gobierno considera que tiene los dólares necesarios para mantener a la moneda estadounidense estabilizada, una de las condiciones que Macri le exigió al equipo económico para mantener su plan rumbo a la reelección. La primera respuesta del mercado fue positiva, el dólar bajó y se mantuvo calmo.
El otro factor determinante es la inflación. Aunque Peña dijo en una entrevista con LA NACION que «la decisión electoral tiene que ver con algo más profundo que la inflación», si los números mensuales que informa el Indec no ceden, las chances de Macri se reducen sensiblemente, admitieron fuentes calificadas. Por los aumentos en los precios de los alimentos y de las subas en las tarifas de los servicios públicos, la inflación de febrero fue de 3,8% y acumuló en dos meses un avance de 6,8%. En los últimos doce meses, el Índice de Precios al Consumidor nacional (IPC) acumuló 51,3%.
El número de marzo, según admiten fuentes oficiales, también será elevado. La expectativa está centrada en lo que pueda pasar a partir de abril y, especialmente, en mayo.
En este esquema, si finalmente los pronósticos se cumplen y la economía empieza a dar signos de recuperación, el Gobierno tendrá el impulso que necesita para llegar a octubre con buena salud. «Cinco meses es una eternidad. Tenemos que aguantar hasta que se lance la campaña. Y ojo, nadie hace campaña mejor que nosotros», explicó un integrante del gabinete nacional.
Mientras tanto, el Gobierno apostará por la gestión. Inauguración de «cientos de obras» en todo el país y desde lo discursivo continuará con la instalación de dos ejes: seguridad y transparencia.
Pero hay un tercer punto que desde la Casa de Gobierno también siguen con mucha atención: la potencial unidad de parte del peronismo con el kirchnerismo. La atomización es una de las garantías para un eventual triunfo, aseguraron cerca de Macri.
En ese punto, el recorrido de Roberto Lavagna en los últimos días fue materia de análisis en los despachos oficiales. «Todo lo que rompa la polarización nos perjudica», explicaron fuentes oficiales.
La apuesta del oficialismo también incluye algún «batacazo» durante el extenso cronograma electoral. El principal distrito para lograr un éxito que genere impacto nacional es La Rioja. Es que, tras meses de fino trabajo, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, logró ahí una sociedad -el senador radical Julio Martínez será candidato a gobernador, mientras que el peronista Alberto Paredes Urquiza buscará su reelección como intendente de la capital- que, según fuentes oficiales, puede arrebatarle el poder al gobernador peronista Sergio Casas, si es habilitado por la Corte Suprema a presentarse.