Macri se abrió al peronismo y designó a Pichetto como su vice

Así, como sucedió hace 24 días, cuando Cristina Kirchner anunció que Alberto Fernández sería quien encabece la fórmula del kirchnerismo, ahora fue Macri el que sacudió el tablero político. Es que el nombre del senador por Río Negro no figuraba en los primeros puestos del borrador que circulaba por los principales despachos de la Casa Rosada.

La designación que Pichetto, que aceptó la oferta “inmediatamente”, tiene como objetivo la construcción de una mayoría parlamentaria para avanzar con las reformas estructurales en las que Macri no pudo avanzar en su primer mandato. En particular tres: la reforma previsional, la reforma laboral y otra tributaria.

«Es un hombre de Estado, que con el correr de los difíciles años de gobierno supe conocer y respetar por su compromiso con la Patria y las instituciones», destacó el jefe del Estado sobre su nuevo compañero de fórmula.

El Presidente está convencido que los tiempos electorales se adelantaron y que la elección va camino hacia una súper polarización entre dos modelos de país representados por el macrismo y el kirchnerismo. Ante la falta de un postulante radical con los pergaminos necesarios para la próxima etapa –Ernesto Sanz, favorito de Macri, no cedió ante la presión–, finalmente se inclinó por el peronista que más colaboró con el Gobierno para mantener la gobernabilidad durante los tres años y medio de gestión.

“Siempre fuimos minoría en el Congreso y él tuvo un rol muy claro en estos años”, explicó el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien junto al consultor Jaime Durán Barba históricamente mantuvieron una posición en contra de abrir la fórmula presidencial. Una prueba más de que la necesidad realza el pragmatismo de la cúpula de poder macrista.

Macri también se fijó en la figura de Pichetto por su rechazo al kirchnerismo. «Los argentinos nos enfrentamos a una oportunidad histórica para consolidar nuestra democracia. En las próximas elecciones decidiremos si queremos vivir en una república o volver a un autoritarismo populista», escribió vía redes sociales el Presidente.

Y agregó: «Queremos un país donde todos puedan progresar a partir de su trabajo. Para eso necesitamos integrarnos al mundo y mirar al futuro. Queremos una democracia con pluralismo, libertad de prensa y defensa de los Derechos Humanos. Queremos combatir el delito dentro de la ley sin falsos garantismos».

El encargado de validar el nombre de Pichetto con los principales referentes del radicalismo fue el jefe de Gabinete, Marcos Peña. El ministro coordinador llamó a los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy), Alfredo Cornejo (Mendoza) –quien celebró la “ampliación de la coalición” – y Gustavo Valdés (Corrientes), y también habló con Sanz y todos le manifestaron su acuerdo. Macri, en cambio, fue el encargado de notificarle la novedad a Elisa Carrió, que también le dio su aprobación.

Si bien ya era uno de los interlocutores favoritos de la Casa Rosada, Pichetto terminó de ganarse el respeto de Macri y su equipo en abril cuando en medio de la última corrida bancaria, desde Estados Unidos, aseguró que el “default es una palabra maldita que hay que tratar de erradicar” y anticipó que si ganaba Alternativa Federal “habrá un fuerte compromiso de pago”. Macri le agradeció ese gesto y ante sus íntimos lo calificó como un “estadista”.

Tras la confirmación de Macri, el senador habló desde el Congreso. «Macri me ha honrado, inmediatamente le dije que sí, no hubo dudas», sostuvo Pichetto, al tiempo que afirmó que renunció a la presidencia del bloque Justicialista y que la decisión de aceptar la candidatura a la vicepresidencia fue «personal».

“Vamos camino a ser una coalición política en el escenario de la Argentina, muy fuerte, con la presencia de muchos compañeros del peronismo que también van a acompañar esta propuesta», anticipó Pichetto.

Las diferencias del pasado no son un problema, según dijo Peña. “No le pedimos que cambie sus ideas, sino que compartimos la mirada sobre el futuro”, manifestó el jefe de Gabinete en una breve conferencia de prensa en la Casa Rosada.

Ahora la carrera es por diluir todo lo que quede en el medio. Si bien Juan Manuel Urtubey ya les avisó a sus íntimos que el sigue adelante con su candidatura –hoy lo ratificará en un acto en La Matanza–, lo cierto es que uno de los objetivos de Pichetto será “convencerlo” para que dé un paso al costado y se sume a la oferta del oficialismo. Tienen reservado un cargo en un eventual segundo gabinete para el salteño.

Pero también buscarán desactivar las ofertas residuales, como las de José Luis Espert y Juan José Gómez Centurión.

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