El Servicio Meteorológico Nacional explicó cómo fue la última vez que nevó en CABA

El 9 de julio de 2007, Buenos Aires y el conurbano bonaerense se vistieron de blanco en una jornada considerada histórica.

En plena celebración del Día de la Independencia, una nevada inusual cubrió toda la ciudad y sus alrededores durante más de diez horas consecutivas.

El Servicio Meteorológico Nacional había pronosticado la posibilidad de nieve, pero la magnitud del evento superó las expectativas. Los copos de nieve comenzaron a caer alrededor del mediodía, cubriendo lentamente las calles, plazas y parques de la ciudad con un manto blanco. La temperatura descendió rápidamente, alcanzando valores cercanos a los 0 grados, condición indispensable para la acumulación de nieve.

La nevada duró varias horas, brindando a los ciudadanos una oportunidad única para disfrutar de juegos, fotografías y la simple maravilla de un paisaje nevado. Los medios de comunicación locales realizaron una amplia cobertura, destacando la emoción y la sorpresa de niños y adultos.

Esa jornada quedó marcada como un día especial en la historia de Buenos Aires, recordado por muchos como una experiencia única y casi mágica. La nevada de 2007 no solo tuvo impacto climático, sino también social, uniendo a los porteños en el asombro y la alegría de vivir un momento extraordinario.

Los meteorólogos del Servicio Meteorológico Nacional analizaron que la combinación de factores, como la baja altura de la base nubosa y el intenso frío en la atmósfera, permitió la formación de nieve y su precipitación. Las débiles corrientes de viento jugaron un rol crucial, permitiendo que los copos de nieve llegaran al suelo sin fundirse. “La combinación de estos factores favoreció la formación de un manto nuboso con su base a poca altura del suelo, pero con el desarrollo vertical suficiente para formar nieve en su interior y precipitar los copos”, detallaron los expertos.

La primera nevada registrada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se produjo el 22 de junio de 1918. Este evento climático resultó ser un fenómeno extraordinario para los porteños, ya que la ciudad no suele experimentar condiciones meteorológicas propicias para la nieve debido a su ubicación geográfica y su clima templado.

La jornada comenzó con una baja considerable en las temperaturas, fenómeno poco frecuente para los inviernos de Buenos Aires. Sin embargo, la combinación de un sistema de baja presión y una masa de aire frío y húmedo favoreció la precipitación en forma de nieve. El espectáculo sorprendió tanto a residentes como a visitantes, quienes disfrutaron de un paisaje inusual: calles, edificios y plazas cubiertos por un manto blanco.

La nevada se intensificó durante la madrugada y continuó durante gran parte del día, dejando una acumulación significativa de nieve. Esta nevada no solo fue destacada por su rareza, sino también por su duración e intensidad, características poco comunes en la región.

Volver arriba