Kicillof y La Cámpora nuevamente enfrentados

Los cortocircuitos del PJ Bonaerense se multiplican por las elecciones: “Si quieren romper que lo digan de una vez, pero que dejen de inventar excusas”.

La sentencia, emitida por un influyente funcionario provincia, muy cercano a Axel Kicillof, da cuenta del grado de tensión permanente que hay en el peronismo bonaerense. La frase fue dirigida al cristinismo, especialmente a La Cámpora. Ellos y nosotros. Está planteado así. La grieta está, cada día que pasa, más profunda.

La suspensión de las PASO no alcanzó para llevar calma a la compleja relación que en la actualidad tiene el Gobierno provincial con el espacio que lidera Cristina Kirchner. Existen cada vez más diferencias y rencores entre las partes. Tantos que la puerta que desemboca en la ruptura final está permanentemente abierta.

El mensaje de guerra tiene un origen. Ayer ninguno de los dos presidentes de los bloques de UP (Unión por la Patria) en la Legislatura fueron a la reunión convocada por la Junta Electoral Bonaerense para discutir los plazos previos a la elección, el último punto de conflicto que atormenta al kirchnerismo.

Ni Facundo Tignanelli (Diputados) ni Teresa García (Senado) estuvieron presentes en el encuentro, lo que generó un estallido de furia en la gobernación. “Fueron los presidentes opositores y ellos no. Es una locura. Con estos plazos es irrealizable la elección. Ya lo dijo la Justicia. Ellos quieren que se caiga todo”, fue la acusación que lanzó uno de los ministros más importantes del Gobierno bonaerense.

“Nadie me llamó para ir a la reunión. No recibí ningún pedido de parte del Poder Ejecutivo”, sostuvo Tignanelli. Hoy, a partir de las 11 de la mañana, el presidente del bloque participará de una reunión en la que se pondrán sobre la mesa las posturas del Gobierno provincial, la Junta Electoral y la oposición. Un nueva oportunidad para alcanzar un acuerdo y bajar el nivel de conflictividad.

En La Plata aseguran que las autoridades parlamentarias ya sabían del pedido del Gobernador para modificar los plazos y que la vía de comunicación abierta es a través de la Secretaría General de la Gobernación, Agustina Vila. En el camporismo plantean otro esquema de comunicación y advierten que las líneas abiertas son a través de los presidentes de las dos cámaras: Alexis Guerrera y Verónica Magario. Ni siquiera hay acuerdo en cómo se desarrollan las comunicaciones internas. Síntomas de la desunión.

Según explican en La Cámpora, “no existía un acuerdo con el arco opositor” para discutir los plazos, a diferencia de lo pactado para suspender las PASO. “O hay que modificar la ley, o Kicillof tiene que enmendar el decreto o hay una resolución conjunta. Alguna salida habrá”, precisaron en la organización ultra K.

El clima espeso que hay dentro del bloque de UP quedó a la vista en el contenido de los mensajes expresados por Tignanelli y la diputada Susana González, que responde al intendente de Ensenada, Mario Secco, y milita en el MDF (Movimiento Derecho al Futuro), espacio que lidera Kicillof. Ambos hablaron en el recinto durante la sesión en la que se suspendieron las PASO. Se chicanearon mutuamente.

“Cinco gobernadores del PJ pidieron suspender las PASO y desdoblar sus elecciones. Pero el problema acá es Kicillof. No se respeta lo que pidieron 44 intendentes peronistas de la provincia, que apoyaron el desdoblamiento. Lo único que quieren es que Axel sea un nuevo Alberto Fernández”, sostuvo González, quien cree que el cristinismo quiere dominar y controlar las acciones del mandatario bonaerense.

La legisladora fue un paso más adelante cuando planteó: “Lo que no puedo tolerar es que nosotros somos oficialismo, fuimos en una lista de ‘Axel gobernador’, y ahora somos los que ponemos palos en la rueda. Lamento mucho que este bloque actúe como un bloque de la oposición”.

En ese contexto fue que ayer un funcionario bonaerense de primera línea sentenció: “Si quieren romper, que dejen de buscar chivos expiatorios. Que rompan y que se banquen las consecuencias”. La ruptura total empezó a estar, nuevamente, en el menú de opciones del peronismo bonaerense.

Si a las especulaciones le faltaba alguna señal política más sólida para respaldarlas, se conoció que el próximo 24 de mayo Kicillof encabezará un acto de lanzamiento del MDF, que tendrá lugar en una sede de UPCN en La Plata. Tropa propia para mostrar volumen político y poder de decisión. Autonomía y fortaleza. Eso quieren mostrar.

“A los que critican el dedo y el sistema de selección, no les conozco una interna ganada en ningún lado. Y están acá y pueden hablar. Ese dedo tan cuestionado es el que le permitió ganarle a Macri. Estoy orgulloso de ese dedo. Ningún diputado por Buenos Aires, puesto por ese dedo, votó a favor de la Ley Bases”, señaló Tignanelli, en clara referencia al dedo de Cristina Kirchner.

En La Plata consideraron que la ausencia de los presidentes de bloque es “parte de la continuidad de un intento de golpe institucional”, que Andrés “Cuervo” Larroque denunció después de que Kicillof desdobló la elección bonaerense y el cristinismo lo acusó de romper el peronismo.

“Sin la adecuación de los plazos la votación de ayer no tiene sentido. Sigue el golpe. Estamos a mayo sin calendario electoral. Juegan con la democracia bonaerense. Son unos irresponsables”, dijo, en muy duros términos, un funcionario provincial de estrecha relación con el Gobernador.

Las acusaciones son muy potentes y delinean un escenario de negociación muy difícil. Desde un “golpe interno” llevado a cabo en un puñado de jugadas parlamentarias, hasta la decisión de “romper” que no es cristalizada por Máximo Kirchner. No hay paz. No hay tregua. No hay unidad.

“Si Máximo quiere ser opositor, que sea opositor, pero esto ya pasó un límite”, sostienen en La Plata sobre el líder del organización ultra K.

Se está disputando un nuevo round de la interna. El consenso interno parece estar cada día más lejos. Tal vez esta vez no haya unidad hasta que duela.

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