Balance del Feriado: 1,2 millones de turistas y un gasto «gasolero» que preocupa.

El primer balance oficial del fin de semana largo de la Inmaculada Concepción arroja cifras que pintan de cuerpo entero la realidad económica de la clase media. Según la Cámara Argentina de Turismo, se movilizaron 1,2 millones de personas por el país, una cifra alta en volumen, similar a la de 2023. Sin embargo, el dato cualitativo es el derrumbe del ticket promedio: el gasto per cápita real cayó un 20% respecto al año pasado.

Los centros turísticos de la Costa Atlántica estuvieron colmados, con ocupación hotelera cercana al 85%, pero los restaurantes y comercios trabajaron a media máquina. «La gente vino con la heladerita a la playa y alquiló departamento para cocinar. Las cenas afuera fueron la excepción, no la regla», resumió el titular de la asociación hotelera de Mar del Plata. El fenómeno del «turismo de supermercado» se consolida como la estrategia de supervivencia de las familias para no resignar las vacaciones.

En Córdoba y el Litoral, la situación fue similar. El alojamiento se ocupó, pero las excursiones y servicios complementarios sufrieron. Los turistas priorizaron el disfrute gratuito (río, playa, caminatas) y recortaron todo lo superfluo. Además, se notó una fuerte preferencia por destinos de cercanía para ahorrar combustible, evitando viajes largos.

Este «ensayo general» del verano deja una lección clara para los operadores turísticos de cara a enero: quien no ajuste precios y ofrezca promociones agresivas, quedará fuera de juego. La competencia con Brasil (que se llevó una porción de la clase media alta este fin de semana) es feroz, y el turista local cuida cada peso.

El saldo final es positivo en movimiento y ánimo social —la gente necesitaba salir—, pero enciende una luz amarilla en la rentabilidad del sector. El verano 2026 será de volumen, pero de márgenes finos.

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