Tras 48 horas de frenéticas negociaciones, el oficialismo ha logrado destrabar el principal obstáculo para el avance del Presupuesto 2026: la deuda con las cajas previsionales provinciales. El Ministerio de Economía aceptó incluir en el articulado de la ley un mecanismo de pago automático para los déficits de los sistemas jubilatorios no transferidos a la Nación (que afectan a provincias clave como Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos), a cambio del apoyo de los bloques federales en el recinto.
Este acuerdo implica una reasignación de partidas dentro del techo de «Déficit Cero». Los fondos saldrán de una mayor eficiencia en el gasto de empresas públicas sujetas a privatización y de la subejecución de partidas discrecionales. Para los gobernadores, es un triunfo político que les permite cerrar sus propios presupuestos locales con mayor previsibilidad; para el Gobierno, es el costo necesario para tener una ley madre aprobada y no gobernar por decreto.
La Comisión de Presupuesto se reunirá esta tarde para firmar el dictamen de mayoría. Se espera que el proyecto baje al recinto la próxima semana, en una sesión maratónica antes de las Fiestas. La oposición kirchnerista ha quedado aislada en su rechazo, ya que el acuerdo con los gobernadores peronistas del interior le ha quitado fuerza a su estrategia de bloqueo.
Con este paso, el Ejecutivo se encamina a cerrar el año con una victoria institucional clave. Tener presupuesto aprobado es una señal de normalización política que los mercados y el FMI valoran tanto como el superávit fiscal.
