
Los familiares de los caídos en las Malvinas viajan para cerrar una herida de 36 años
Hay varios mensajes en el llanto de los familiares de los soldados argentinos caídos en las islas Malvinas. Hay lágrimas de tristeza y nostalgia, pero las hay también de incredulidad, ante una situación que tiempo atrás parecía imposible, y de alivio, después de que los deudos debieron soportar durante años el dolor de una herida abierta, alimentada por la incertidumbre en torno a la identidad de los hombres enterrados en el cementerio de Darwin. Y hay, claro, lágrimas de emoción, de las que llegan cuando se cierra una etapa que demandó mucha «sangre y sudor», según dice Raquel Beatriz García, madre del soldado Daniel Alberto Ugalde, según publicó el diario La Nación.