Un informe de un banco de inversión del exterior anticipa un salto cambiario

Un informe de un banco de inversión del exterior anticipa un salto cambiario

Bank of America proyecta que el tipo de cambio oficial podría llegar a $485 para fin de año, mientras que el blue cotizaría a $850

El nivel crítico de reservas en el Banco Central (BCRA) genera preocupación en el mercado financiero, sobre todo porque en esta época del año la entidad suele fortalecer su tenencia de dólares con las liquidaciones del agro. Esta situación es considerada insostenible por algunos de los principales bancos de inversión del exterior, que prevén una devaluación brusca para fin de año, según los informes que escriben para sus clientes.

“Las reservas son críticamente bajas, acercándose a US$1000 millones. Los riesgos son los más elevados desde que [Sergio] Massa asumió el Ministerio de Economía. Vemos [un tipo de cambio] de $485 para fines de 2023″, señaló el Bank of America, uno de los más grandes de Estados Unidos.

Según la entidad, el tipo de cambio oficial pasaría de un promedio de $256 en este segundo trimestre del año, a uno de $314 en el tercer trimestre, a $485 para fin de año y $570 en los primeros meses de 2024, lo que reflejaría un salto brusco en la cotización. El dólar blue, en tanto, llegaría a $850 en diciembre próximo, según las proyecciones del banco.

En su último informe, la entidad dice que “la situación cambiaria es crítica” debido a la sequía, y advierte que la inflación sigue subiendo. “La situación cambiaria es extremadamente desafiante en medio de una severa sequía y con reservas netas de divisas que se vuelven negativas. La sequía puede reducir alrededor de US$20.000 millones las exportaciones este año”, escribió el analista uruguayo Sebastián Rondeau, que agregó: “La presión cambiaria se ve exacerbada por una moneda oficial sobrevaluada y la incertidumbre electoral”.

En el informe se analiza la inflación en el país. Destaca que ya se acerca al 110% interanual, lo que obligó al Banco Central a subir la tasa de interés al 97% nominal. “Elevamos el pronóstico de inflación a 130% en 2023 (desde 120%), con riesgos al alza, en medio de presiones cambiarias”, dijo.

Asimismo, señaló que la devaluación de la moneda que hace el BCRA está por debajo de la inflación (en alrededor de 7%), “lo que exacerba la demanda de dólares”.

En cuanto a la actividad y a las importaciones, el informe advierte que se están desacelerando debido a las restricciones de suministro de dólares. “Esperamos una profunda recesión del PBI del 2,5% este año. El Gobierno ha realizado más restricciones a la importación. La ronda tres del dólar preferencial temporal para las exportaciones de soja a $300 estuvo por debajo de las expectativas en medio de la incertidumbre política y los desequilibrios macro”, describen.

El banco, por otro lado, analiza la negociación de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). “El FMI solicitó medidas adicionales para compensar los retrocesos en los objetivos y el impacto de la sequía. El Gobierno quiere tener algún poder de intervención cambiaria, algo limitado por el programa. Pero, aun así, es probable que la Argentina tenga que tomar medidas fiscales y cambiarias más restrictivas (acelerando los recortes de los subsidios a la energía y limitando el alcance de la moratoria de las jubilaciones)”, dice.

En este sentido, el banco estima que la sequía puede reducir los ingresos del Gobierno en un 1% del PBI este año y destaca que “la presión sobre el gasto social en año electoral es un riesgo (el Gobierno sigue dando bonos)”. Por lo tanto, espera para este año un déficit primario de 3,5% del producto.

Finalmente, el informe concluyó con un análisis político: “Es probable que en 2024 se produzca un cambio de régimen político con un programa de estabilización que incluya algunas reformas estructurales, dados los desequilibrios persistentes y las distorsiones de precios. Esperaríamos un nuevo programa del FMI más ambicioso en 2024, con una consolidación fiscal más rápida y una corrección monetaria significativa necesaria para comenzar a levantar los controles de importación y capital. Pero las políticas de ajuste no serán fáciles dada la magnitud de las distorsiones y el alto nivel de pobreza. Los proyectos de infraestructura y la alta productividad en yacimientos no convencionales podrían incrementar las exportaciones netas de energía en los próximos años, apoyando el plan de estabilización”.

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