En la última semana se conoció una verdadera anomalía en el mercado de crédito argentino. No estará disponible para todos los consumidores, apenas para jubilados y pensionados, pero para quienes necesiten financiar alguna compra es una oportunidad imposible de dejar de lado.
En medio de alta tasa de inflación y disparada de la cotización del dólar libre por encima de los $500 por primera vez en su historia, los ingresos de jubilados y pensionados pierden capacidad de compra, a pesar de los bonos que otorgó el Gobierno para compensar, porque sus haberes se actualizan trimestralmente, y con índices que subían a menor ritmo que en el presente.
En ese contexto, el ministro de Economía, Sergio Massa, y la directora general de la Anses, Fernanda Raverta, protagonizaron un anuncio extra: una línea de créditos blanda con tasa nominal anual del 29% y costo financiero total -tasa más gastos administrativos- de no más del 37,55 por ciento.
La línea de crédito está lejos de mejorar el poder adquisitivo de los beneficiarios de jubilaciones y pensiones, pero eso no quita que convenga considerarla a la hora de hacer consumos.
Opciones alternativas
Un costo financiero del 37,55% anual con tasas de referencia del Banco Central del 97% nominal -154,28% tasa efectiva anual- y una inflación que viaja al 115% interanual es, prácticamente, nulo.
Para ello, si se toma una publicación vigente en una cadena de electrodomésticos, para un celular inteligente de alta capacidad, valuado en $244.799. La tienda ofrece hasta 12 cuotas con el plan oficial. Las opciones son cuotas fijas de $31.117,01, que implican un costo financiero total de 132,54% y un pago total de $373.404,11en el período.