“Probablemente no estemos de acuerdo en todo y no tengamos los mismos amigos, pero disfrutamos estar juntos”. Con tono diplomático, y entre elogios a la relación bilateral con la Argentina, el embajador de Estados Unidos en el país criticó alianzas del gobierno de Alberto Fernández con países de América latina cuestionados por violaciones a los derechos humanos (Cuba, Venezuela, Nicaragua), al tiempo que pidió continuar con el “trabajo conjunto” contra las consecuencias de la “invasión rusa a Ucrania que incluye ataques a civiles y violaciones a los derechos humanos”.

Llegado a la Argentina hace pocos meses, Stanley valorizó la relación bilateral aunque también marcó sutiles diferencias con el Gobierno en el encuentro organizado por la Cámara de Comercio argentino-norteamericana (AmCham) en el hotel Icon Alvear de Puerto Madero.

“Quiero ser el embajador anti-grieta. Aunque se rían, es precisamente lo que quiero ser”, dijo Stanley, subrayando el “anti-grieta” en una de las pocas palabras que pronunció en español (dijo estar tomando clases de castellano). “Argentina elige a sus líderes, nosotros queremos trabajar con todos”, dijo Stanley, quien un rato antes había escuchado al jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta, pedir un “gobierno de coalición” para 2023, “sin el kirchnerismo ni la izquierda, porque con ellos no me voy a poner de acuerdo”.

Sentado en el escenario junto a Stanley, el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello festejó la humorada del diplomático norteamericano, y un rato después defendió sin hacer nombres el “diálogo” del Presidente con mandatarios como el venezolano Nicolás Maduro o el nicaragüense Daniel Ortega. “Casi ninguno de los presidentes latinoamericanos habla con todos los presidentes, eso es algo que es detectado en la Casa Blanca”, dijo Argüello, al tiempo que reconoció los conflictos internos en el Frente de Todos.

“Tenemos hoja de ruta, tenemos plan. Y la firmeza del Presidente fue determinante aún frente a las críticas internas y externas que recibimos”, dijo el diplomático argentino. También envió un mensaje al kirchnerismo duro, al preguntar “quien puede objetar frenar la emisión monetaria, buscar el equilibrio fiscal o aumentar las reservas internacionales”, puntos que el ministro de Economía, Martín Guzmán, considera prioritarios. “Los debates internos pueden generar confusiones, pero para el Presidente que está llevando el barco a buen puerto”, resaltó Arguello, viejo amigo del Presidente desde sus tiempos compartidos en el PJ porteño.

Justamente Guzmán, que ingresó en el salón del evento cuando Stanley estaba culminando su discurso, se llevó elogios de ambos oradores. “Es un gran hombre”, dijo Stanley cuando lo vio ingresar, mientras que Argüello destacó a su turno la “tan importante tarea” del ministro de Economía en la negociación con el FMI. También elogió al jefe de gabinete, Juan Manzur, por participar de una foto conjunta de embajadores contra la invasión de las tropas de Vladimir Putin a Ucrania.

Afecto a los gestos sutiles, y en medio de una vorágine de reuniones durante este año que incluyó desde la vicepresidenta Cristina Kirchner hasta el el ex presidente Mauricio Macri, Stanley remarcó su interés en “trabajar con todos, sean de derecha o de izquierda”, aunque siempre destacando que “la democracia es el mejor sistema de gobierno”.

Expresó su deseo de que Argentina “aproveche la nueva ola” determinada por la suba en el precio de las commodities y dar “respuesta a la demanda de “litio, trigo, maíz” que el mundo reclama como consecuencia de la guerra en Ucrania. “El embajador está ejerciendo las relaciones bilaterales en su plenitud, su plan es no perder un minuto y ver a todo el mundo”, afirmó Luis Savino, presidente del Centro de Estudios Americanos en Buenos Aires. “Hay ruidos, sí, como en toda relación. Lo importante es aislar esos ruidos y seguir adelante”, dijo Argüello, y calificó la relación bilateral de “excelente, y mejorando”.