Único en América Latina. Dónde funcionará el primer centro argentino de protonterapia, clave para tratar el cáncer

Único en América Latina. Dónde funcionará el primer centro argentino de protonterapia, clave para tratar el cáncer

Se formalizó un acuerdo entre la Comisión Nacional de Energía Atómica y la UBA con el CeArP; el nuevo espacio de tratamiento e investigación se construye junto con el Invap en el barrio porteño de Agronomía

SAN CARLOS DE BARILOCHE.- La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad de Buenos Aires (UBA) acaban de formalizar la constitución de la Fundación Centro Argentino de Protonterapia (CeArP). El centro de radioterapia de alta complejidad –que es construido por Invap en el barrio porteño de Agronomía– es el primero de su tipo en América Latina.

El CeArP cuenta con equipamiento de vanguardia para el tratamiento del cáncer y para la investigación. Ubicado en la intersección de las avenidas Nazca y San Martín –frente al Instituto de Oncología Ángel H. Roffo y junto a la Fundación Centro de Diagnóstico Nuclear–, el edificio alberga un ciclotrón, es decir, un acelerador circular de partículas que produce haces de protones.

La protonterapia es una de las formas más avanzadas de radioterapia. Si bien la radioterapia convencional (con fotones) destruye células malignas, lo cierto es que la energía de la radiación ionizante también afecta a su paso a las células sanas. En cambio, los haces de protones pueden dirigirse con precisión milimétrica, liberar su energía máxima en el tumor y luego se frenan. Como los efectos secundarios sobre los tejidos sanos se reducen, esta técnica está indicada para tratar tumores sólidos de difícil acceso o cáncer pediátrico.

“Con la radioterapia de protones, que son partículas subatómicas de carga positiva, se apunta desde diferentes direcciones al blanco tumoral. La curva de energía es invertida, porque al principio es menor y se deposita menos en las estructuras sanas. Después la dosis entregada va en aumento y se produce lo que se conoce como pico de Bragg, al cabo del cual los protones se frenan por completo. Como se puede regular la profundidad donde se alcanza ese pico, se aplica un depósito de energía más alto y mucho más localizado en el tumor a tratar”, indica el físico Gustavo Santa Cruz, gerente del área de Medicina Nuclear y Radioterapia de la CNEA y director técnico y científico del proyecto del CeArP.

Tal como explica Santa Cruz, los iones cargados de altas energías (velocidades comparables a la de la luz) pueden penetrar los tejidos con poca dispersión lateral, depositando bajas dosis en los primeros centímetros (tejidos sanos) para finalmente concentrar la máxima dosis durante su frenado, en los últimos centímetros de sus trayectorias (tumor). Esto permite una definición precisa en términos dosimétricos de la región a tratar.

nepo-adm
ADMINISTRATOR
PROFILE

Posts Carousel