Pese a las críticas, en su mayoría soterradas, la continuidad de Peña en el Gobierno nunca estuvo en duda. «Nadie le pidió la renuncia en on», resaltaron con malicia desde su entorno. En la intimidad Peña sonríe cuando le preguntan sobre eso. «En los momentos más duros Macri y Marcos pelearon espalda con espalda contra a todo», describió una fuente que conoce en profundidad la relación entre el Presidente y su mano derecha.
El nuevo modelo de gestión, además de compactar el gabinete, Macri reestructuró el seguimiento de la gestión -salieron de la coordinación Mario Quintana y Gustavo Lopetegui -, obligó a Peña a correrse de la escena pública. Entre los objetivos de esa decisión se destaca el fortalecimiento de los 10 ministros que quedaron en sus cargos.
«Está abocado a la gestión y el armado político», explicaron allegados al jefe de Gabinete, que adelantaron que por el momento Peña no hablará con los medios de comunicación. Sus participaciones, por los próximos días, serán en participaciones públicas o institucionales, como cuando va al Congreso a presentar los informes de gestión.
Una particularidad del regreso de Peña fue que no cambió el tono optimista que lo caracteriza. «Es la primera vez en nuestra historia que enfrentamos una crisis económica y que la vamos a pasar con las mismas reglas con la que entramos en ella. Tener un marco institucional es clave para el desarrollo a largo plazo», resaltó el ministro coordinador al cerrar la cumbre del T20, que se desarrolló en el Centro Cultural Kirchner.
Por la mañana, Peña expuso en el marco de la celebración del Día Nacional de la Competencia, donde subrayó que el objetivo del Gobierno de priorizar políticas de competencia forma parte de «la transformación que queríamos plantear para nuestro país» que se basa en alcanzar la «estabilidad macroeconómica» y en tener «reglas de juego y un marco institucional».
Peña recalcó que el Gobierno ha establecido dos pilares en el marco de sus ejes de gestión «para romper este ciclo eterno de frustración que ha habitado nuestro país en el pasado».
Y agregó: «Por un lado, construir una estabilidad macroeconómica que destierre conductas como las políticas de déficit fiscal, la necesidad de endeudamiento permanente y la inflación . Y construir un marco institucional que nos ponga una hoja de ruta para liberarnos de la necesidad de depender de la genialidad de la persona de turno que fue una costumbre muy arraigada en nuestra cultura política».
