Pese a los esfuerzos por devaluar la figura de Lavagna, lo cierto es que su presencia en la grilla de candidatos podría transformarse en un dolor de cabeza para Macri, ya que le hablan y compiten por el mismo electorado. Así, el economista podría convertirse en un aliado impensado de Cristina Kirchner.
Si bien en la Casa Rosada hablan con respeto del exministro de Economía de Néstor Kirchner, lo cierto es que la falta de capacidad para construir un espacio más amplio licuó su efervescente arranque de campaña.
Incluso, en las últimas encuestas que circularon por los despachos oficiales, Lavagna es el candidato que más terreno cedió y sigue en caída libre. «No tiene representación solo», describieron fuentes oficiales.
La polarización entre Macri y la expresidenta Cristina Kirchner también golpea las chances de Lavagna. Es que sin una oportunidad real de competir por el poder, su capacidad de daño se diluye rápidamente. El mayor problema que tiene hoy el economista es frenar la sangría.
Así, sin una estructura de peso, como la que puede aportarle Alternativa Federal, Lavagna no representa un inconveniente para la postulación de Macri, según aseguraron cerca del Presidente. Distinto sería el caso si el exfuncionario decidiera participar de la primaria del peronismo federal. En ese escenario, Lavagna sí podría generarle problemas a la candidatura de Macri.
Cerca del Presidente también fueron irónicos sobre el armado político que impulsa el exministro, que ratificó su postulación en la presentación de su búnker en el centro porteño. «Su partido se llama Consenso 19, pero el consenso lo alcanzó solo con él», dijeron, en tono de broma, fuentes oficiales. Pero, hasta ahora, eso parece improbable.
De hecho, el senador Miguel Pichetto, uno de los fundadores de la tercera vía, lo criticó con dureza. «No tiene visión política, prácticamente desintegró el espacio de Alternativa Federal», lanzó sobre Lavagna.
En el Gobierno también cayó muy mal el rechazo del economista al acuerdo de estabilidad -nunca aceptó la invitación de la Casa Rosada para dialogar- y a la idea para que los precandidatos presidenciales de Alternativa Federal pudieran llevar en su boleta a la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.
Cerca de Lavagna describieron el plan como «un enchastre institucional». En ese sentido, el diputado nacional Marco Lavagna, hijo del precandidato, aseguró que «no existen conversaciones» con el Gobierno.
La pelea por los «ni-ni»
En su sede de campaña, Lavagna volvió con sus cuestionamientos contra el Gobierno y contra la gestión de Cristina Kirchner, a la que calificó de gobierno «populista».
Ese es el universo de potenciales votantes a los que les habla, los desencantados con Macri y con Cristina Kirchner.
«Estos días fuimos blanco de toda clase de operaciones políticas para que Consenso 19 no sea una opción. Ambos lados de la grieta creen que somos un peligro para su poder. Ambos defienden la trampa», sostuvo Lavagna.
Ahora, en el gobierno nacional apuestan a que la polarización con el kirchnerismo y el desgaste que impone una batalla electoral presidencial terminen con la aventura electoral del exministro de economía.
«No lo veo como una opción», deslizaron cerca de Macri.