Pocos días antes de que se conozca el dato oficial de inflación de mayo, un estudio elaborado por el Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET), dependiente de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), informó que la inflación para los trabajadores registrados alcanzó el 9,1% el mes pasado, lo que significa una aceleración de 1,1 puntos porcentuales respecto de abril. En tanto, la medición interanual alcanzó al 115,7%.

De esta manera, la marca mensual registrada por la entidad ratifica las estimaciones del mercado. Según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) realizado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la inflación habría cerrado casi con la misma cifra en mayo (9%) y, de acuerdo con las nuevas proyecciones, se ubicaría en el rango del 147,4% al 148,9% cuando finalice el año.

El documento difundido por el IET advirtió, además, que la inflación trepó 42% durante los primeros cinco meses de 2023, cifra que si se anualiza para el resto del año llegaría hasta 132%. En tanto, según los analistas, la inflación interanual (115,7%) mostró la decimosexta aceleración consecutiva.

“La inflación de mayo estuvo motorizada nuevamente por Vivienda (+23%), impulsada por subas del 54% en electricidad y del 27% en gas, producto de la baja de subsidios implementada por el gobierno nacional. A ello se suman los alquileres, que subieron 8,4%”, detalla el informe.

El top ten de los aumentos se completa con los siguientes rubros: Recreación y cultura (8,4%), Comunicaciones (8,3%), Salud (8,2%), Equipamiento del hogar (7,8%), Otros (7,4%), Transporte (7,1%), Alimentos y bebidas (6,8%), Educación (6,5%) e Indumentaria y calzado (6,1%). “Todos los capítulos subieron por encima del 6%, algo inédito desde febrero de 1991, previo a la Convertibilidad”, afirmaron los especialistas del instituto que orienta el dirigente Víctor Santamaría.

“El aumento de este mes se debe a una suba importante en los precios regulados por el Gobierno, particularmente en algunas tarifas de los servicios públicos como electricidad y gas, que fue lo que provocó el aumento en el índice promedio a pesar de la desaceleración en la inflación que registraron nuestros especialistas en el sector de alimentos. Eso nos lleva a pensar que se pueden tomar medidas para compensar estas alzas de cara a los próximos meses”, afirmó el director general del CCD y exministro de Educación, Nicolás Trotta.

Por su parte, el coordinador del IET, Fabián Amico, dijo que la moderación del alza del rubro alimentos –el de mayor incidencia en la canasta históricamente– tiene que ver con el ritmo de aumento de los precios de los productos que exporta e importa la Argentina, pero fundamentalmente de los que exporta. “Hubo una caída de los precios internacionales de los alimentos y al caer esos valores se provoca un efecto deflacionario sobre los precios internos en términos relativos, lo que significa que los precios crecen menos. A su vez, el tipo de cambio mayorista, que es el que traduce los precios internacionales hacia el mercado doméstico, estuvo relativamente estancado. Por lo tanto, estos dos factores hicieron que desacelerara la inflación de alimentos en el mercado interno”, explicó Amico.

La evolución del empleo

La segunda parte del informe analiza la dinámica del empleo en los últimos 20 años. “Tras haber pasado del 37,6% al 51,8% entre 2003 y 2015, el empleo asalariado registrado viene perdiendo peso dentro del total de la población ocupada. En 2022 dio cuenta del 46,4% del total, cifra similar a la de 2007 y 2008. En contraste, vienen ganando peso el cuentapropismo (particularmente el femenino) y el empleo asalariado no registrado”, precisaron los especialistas.

El informe destaca la evolución del segmento asalariado no registrado, que viene creciendo significativamente a través de los monotributistas, que pasaron del 8% al 14% del total de este universo entre 2016 y 2022. “El dato llamativo es que se trata mayormente de asalariados altamente calificados, con niveles de ingresos y pobreza mucho más parecidos a los asalariados registrados que al resto de los informales. Aquí se inscriben, por ejemplo, médicos que facturan a un empleador o mismo una parte de los trabajadores de plataformas como las de transporte y mensajería”, explicaron.